El estigma del aborto y su impacto en las mujeres
El estigma se podría definir como una construcción social basada en estereotipos culturales que existen en toda sociedad y que recae sobre aquellos sujetos que se desvían de las normas y expectativas culturales dominantes.
En relación al aborto, el estigma recae sobre las mujeres que deciden abortar, por que rompen las expectativas sociales dominantes sobre lo que es ser mujer y el rol familiar y social que debe cumplir. En este sentido, la tradición de lo que es ser mujer está muy ligada a:
* Su capacidad reproductiva, la sexualidad femenina está muy ligada a la reproducción.
* La maternidad como destino.
* La identidad femenina ligada a su “instinto natural” como cuidadora y madre.
Cualquier mujer que se desvíe de estos mandatos sociales es reprobada socialmente (mala madre, promiscua, irresponsable, asesina, pecadora…), y de forma más explícita a través de leyes y políticas que restringen su libertad sexual así como normas que prohiben y criminalizan el aborto.
Pero además hablamos de diferentes tipos de estigma en relación a las mujeres que han abortado. estos serían:
* El estima percibido. Sería la consideración individual y personal sobre lo que la mujer piensa sobre el aborto, y sus temores (o no) a que se pudiera hacer público (rechazo familiar o de la pareja, pedida de amistades, crítica, aislamiento, etc.)
* El estigma experimentado. Sería el estigma real experimentado por la mujer que ha accedido a un procedimiento de aborto. El rechazo o no que ha sufrido por parte de terceros.
* El estigma internalizado. Nos referimos a cómo la mujer siente y vive un aborto, muy ligado a la manifestación de los dos estigmas anteriores (vergüenza, culpa, ansiedad…).
¿Qué consecuencias tiene el estigma en las mujeres?
El estigma contra el aborto, en sociedades donde está fuertemente prohibido y criminalizado, provoca interrupciones del embarazo negligentes e inseguras, que ponen en peligro la salud y vida de las mujeres.
Cuándo socialmente se transmite que abortar está mal y es inaceptable. El miedo, las críticas de la familia, las amistades y/o pareja, así como la criminalización de las autoridades y medios de comunicación, todos estos son factores mensajes que no reducen el número de abortos, pero sí impiden el acceso a información y servicios médicos seguros que garanticen sus derechos sexuales y reproductivos.
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