Flujo Vaginal: ¿Qué es Normal y Cuándo Debes Preocuparte?

El flujo vaginal es una manifestación completamente natural del cuerpo femenino. Su presencia es normal y, de hecho, necesaria para mantener la salud de la zona íntima. Sin embargo, cuando hay cambios en su color, olor o consistencia, puede ser una señal de que algo no está bien.

¿Qué es el flujo vaginal y por qué es importante?

El flujo vaginal es una secreción producida por las glándulas del cuello uterino y la vagina. Su función es mantener la zona íntima limpia, lubricada y protegida frente a infecciones. La cantidad y apariencia del flujo pueden cambiar a lo largo del ciclo menstrual, dependiendo de factores hormonales como la ovulación, el uso de anticonceptivos o el embarazo.

Características del flujo vaginal normal

  • Color: Blanco transparente o ligeramente cremoso

  • Olor: Suave o casi imperceptible

  • Consistencia: Varía según la etapa del ciclo: puede ser más líquido, elástico o espeso

  • Cantidad: Cambia durante el ciclo, pero no debería causar incomodidad

Un flujo normal no causa picazón, ardor ni mal olor.

¿Cuándo el flujo vaginal puede ser señal de alerta?

Cambios notorios en el flujo pueden indicar una infección u otra alteración. Presta atención si notas lo siguiente:

  • Color anormal: Amarillo, verde, gris o marrón

  • Mal olor: Fuerte, desagradable o similar al "pescado"

  • Picazón o ardor vaginal

  • Dolor al orinar o durante las relaciones sexuales

  • Aumento repentino de la cantidad de flujo

  • Flujo con sangre fuera del periodo menstrual

Causas frecuentes de flujo anormal

  1. Infecciones vaginales comunes:

    • Candidiasis: flujo blanco y espeso, tipo requesón, con mucha picazón

    • Vaginosis bacteriana: flujo grisáceo y olor desagradable

    • Tricomoniasis: flujo amarillento o verdoso, espumoso y maloliente

  2. Enfermedades de transmisión sexual (ETS):
    Clamidia y gonorrea pueden generar flujo anormal sin síntomas evidentes en etapas tempranas.

  3. Cambios hormonales o irritaciones:
    Algunos jabones, duchas vaginales o ropa ajustada pueden alterar el pH vaginal y causar desequilibrios.

¿Qué hacer si notas cambios en tu flujo?

No te automediques. La mejor decisión es acudir a una consulta ginecológica para:

  • Realizar una revisión física y exámenes si es necesario

  • Diagnosticar la causa del flujo anormal

  • Iniciar un tratamiento adecuado, si se requiere

Los chequeos ginecológicos regulares son clave para detectar a tiempo cualquier anomalía en tu salud íntima.

El flujo vaginal es una herramienta natural de tu cuerpo para protegerte, y entenderlo es parte de tu autocuidado. Si notas algo diferente, no lo ignores. Estar atenta a los cambios y acudir a consulta puede prevenir complicaciones mayores.

 

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